miércoles, 22 de febrero de 2012

LENGUA PAU: GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ



1. GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ Y EL BOOM DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA
           
            Con la palabra inglesa “boom se alude a la rápida popularización de una serie de autores y títulos hispanoamericanos, a lo largo de los años sesenta, en los ambientes culturales de todo el mundo. Este “boom” contó con importantes apoyos comerciales, en especial por parte de la editorial española Seix Barral;  sin embargo, su explicación genuina radica en la coincidencia en un corto espacio de tiempo de una sucesión de novelas deslumbrantes: en 1962 se publicaba en España La ciudad y los perros del peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel en 2010; en 1967 llegaba Cien años de soledad -la novela más popular en lengua española después de El Quijote- del colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel en 1982. Por esas fechas, aparecen asimismo novelas como Sobre héroes y tumbas (1961) del argentino Ernesto Sábato, El astillero (1961) del uruguayo Juan Carlos Onetti, Confabulario total (1962) del mejicano Juan José Arreola, Bomarzo (1962) del argentino Manuel Mújica Laínez, La muerte de Artemio Cruz (1962) del mejicano Carlos Fuentes, El siglo de las luces (1962) del cubano Alejo Carpentier, Rayuela (1963) del argentino Julio Cortázar, Paradiso (1966) del cubano José Lezama Lima, Tres tristes tigres (1967) del cubano Guillermo Cabrera Infante, etc. Para los lectores españoles -y, en general, europeos-, desatentos a la novela hispanoamericana hasta entonces, obras como éstas produjeron el mayor asombro.
            Estos autores enriquecieron la novela con nuevos recursos:
·         Ampliaron las temáticas. Estos son los temas que se repiten con mayor asiduidad:
- La crisis existencial del individuo. Se trata de novelas que se desarrollan en un ámbito urbano contemporáneo. Los protagonistas a menudo se sienten solos y desconocen el sentido de su vida.
- El dictador. Se acentúan los distintos rasgos que concurren en el ejercicio del poder absoluto: el terror de las víctimas, la soledad y vejez del tirano, la corrupción generalizada o las conspiraciones en su entorno.
- La historia de Iberoamérica. Cien años de soledad se interpreta como síntesis de la historia americana.
- La propia creación narrativa. Algunos novelistas hispanoamericanos fueron los primeros en cultivar lo que se ha llamado metaficción, en la que el proceso de composición de la novela se convierte en ingrediente esencial del libro. En Rayuela, Cortázar sugiere al lector diversos itinerarios de lectura.
·         La integración de lo fantástico y lo real se consolida. El “realismo mágico” o “real maravilloso”
consiste en dotar de dimensiones maravillosas, irreales y exageradas la realidad cotidiana, de manera que los personajes y el lector pasan de lo real a lo mágico sin apenas darse cuenta. Esta es, para muchos, la mejor manera de representar el abigarrado mundo iberoamericano; por tanto, uno de los rasgos principales.
·         Novedades técnicas. La estructura del relato es objeto de una profunda experimentación. Serán
renovadas las técnicas narrativas: ruptura de la línea argumental, cambios del punto de vista, combinación de las personas narrativas, estilo indirecto libre, monólogo interior, etc.
  • Experimentación o enriquecimiento del lenguaje mismo. Se superponen estilos o registros,
con distorsiones sintácticas y léxicas, con una densa utilización del lenguaje poético, etc.
Ø  Por debajo de todo ello, late el convencimiento de la insuficiencia práctica y estética del realismo;
lo que no supone un alejamiento de la realidad, sino una voluntad de abordarla desde ángulos más ricos, más reveladores y más válidos estéticamente; que no implica el abandono de propósitos testimoniales o de denuncia. Estamos, en suma, ante un “arte nuevo”, que ocupa un lugar preeminente en la novela mundial.
            Desde Colombia, Gabriel García Márquez (1928) es la gran figura de la narrativa contemporánea; el escritor de mayor resonancia mundial en el ámbito de los narradores de esta “nueva novela”. A él se debe, en gran parte, la extraordinaria difusión de la literatura latinoamericana en las décadas de 1960-1970, sobre todo a consecuencia del enorme éxito alcanzado por su novela Cien años de soledad (1967). De 1955 a 1962, había ido publicando novelas cortas y cuentos: La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba, Los funerales de la Mama grande… Eran ya relatos espléndidos que giraban en torno al imaginario pueblo de Macondo. Pero la vida de ese pueblo -real y mítico- adquirió tales proporciones que acabó por tomar cuerpo en la prodigiosa novela de 1967. García Márquez publicó después un volumen de cuentos, La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y su abuela desalmada (1972), y la novela El otoño del patriarca (1975). En 1981, una nueva obra maestra: la breve y perfecta Crónica de una muerte anunciada. Al año siguiente, se le concede el Premio Nobel. Y en 1985, publica la deliciosa y larga novela El amor en los tiempos del cólera. Esta novela consagrada al amor se inicia con dos muertes: la de un refugiado antillano inválido de guerra, y la del doctor Juvenal Urbino, que al regresar de casa de su amigo suicida, en un intento de recuperar su loro huido, cae desde lo alto y se mata. "Sólo Dios sabe cuánto te quise", tiene apenas tiempo de decirle a Fermina Daza, su mujer, la misma a quien un rato después, Florentino Ariza, uno de los asistentes al velorio, dirá: "Fermina: he esperado esta ocasión durante más de medio siglo, para repetir una vez más el juramento de mi fidelidad eterna y mi amor para siempre". Esto ocurre un domingo de Pentecostés de principios de la década de los años treinta, en una ciudad colombiana del litoral del Caribe que por su cercanía a la desembocadura del río Magdalena se supone que se inspira en Barranquilla. Muerto Urbino, y de nuevo rechazado por Fermina, Florentino Ariza volverá, como ya hizo en la adolescencia, a conquistar poco a poco con su verbo apasionado a la mujer, que acabará aceptando primero su amistad y luego viajar por el río Magdalena, sin saber, hasta el último momento, que Florentino la acompañará. 

2.ESTRUCTURA Y CONTENIDO NARRATIVO EN  EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA

     “El amor en los tiempos del cólera” es una novela de amor de Gabriel García Márquez, Premio Nobel en 1982, publicada en 1985. El libro está dividido en seis extensos capítulos. En ellos, el novelista va narrando y describiendo situaciones ocurridas en distintas épocas y lugares, los cuales va concatenando mediante la técnica del flash-back. En presente sólo aparecen los capítulos 1 y 6, y entre ellos hay unos tres años de cronología lineal. La novela está escrita en tercera persona: el narrador, omnisciente, es un simple observador que no actúa en los acontecimientos. Se trata, principalmente, de un compendio acerca del amor y sus múltiples variantes, un estudio sobre el paso del tiempo que destruye y reconstruye almas y ciudades, sobre la memoria y sus infinitos laberintos; pero también sobre la soledad. Todos los personajes están solos y les sobrevienen las dudas propias de su aislamiento. El suceso que abre la novela origina una sentencia que aúna amor-soledad-muerte: “Es una lástima encontrarse todavía con un suicidio que no sea por amor”; pues el lector sabe que la fidelidad a la soledad y el amor llevan a Saint-Amour a decidir su muerte.
La trama se desarrolla en un espacio real del Caribe a principios del siglo XX, época en la cual, según el narrador, los signos del enamoramiento podían ser confundidos con los síntomas del cólera. Al igual que el caudaloso Magdalena, a cuyas orillas se desarrolla, la historia serpentea y fluye, rítmica y pausada, y prosa abajo va narrando a través de más de sesenta años la vida de los personajes principales, Fermina Daza, Florentino Ariza y el doctor Juvenal Urbino de la Calle. Y poco a poco, este escenario y estos personajes van desembocando en los terrenos del mito y la leyenda, acercándose a un oscilante y tenue final feliz. Con visiones de muerte, que no consiguen sobreponerse al amor, acaba como comenzó esta novela.
Sin duda, la temática es profunda, rica, realista y conmovedora. García Márquez hace hincapié en cuestiones trascendentales en la vida del hombre, tales como la familia, la amistad, el amor en las diferentes etapas de la vida, la fidelidad, la convivencia conyugal, y la muerte, apelando para ello a un recurso ampliamente descriptivo.  El humor es otro de los temas fundamentales del relato, un humor inteligente que roza a veces la ironía y otras el sarcasmo. Lo usa García Márquez para bajar lo sublime del momento de un manotazo.
En la obra podríamos hablar de tres secuencias.
1.- Presentación. Florentino Ariza se enamora de Fermina Daza y consigue entrar en contacto con ella mediante notas que va dejando en ciertos lugares y que ella recoge cuando sale de paseo con su tía. Se declaran amor eterno, pero el padre de ella acaba por enterarse, y expulsa de casa a la cómplice de su hija.
2.- Nudo. Fermina es enviada a un lugar muy lejano para que se olvide de Florentino, pero su amor se acrecienta. Sin embargo, sin haber razones que lo justifique, ella rompe un buen día el noviazgo, y se casa con Juvenal Urbino. Florentino no se rinde, y espera que, cuando quede viuda, será su oportunidad. En el funeral le confiesa: “-Fermina -le dijo-: he esperado esta ocasión durante más de medio siglo, para repetirle una vez más el juramento de mi fidelidad eterna y mi amor para siempre”. No olvida a Fermina y no se casa, pese a que mantiene relaciones con muchas otras mujeres: “Amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo”; así justifica una de ellas la escisión del amor de Florentino.
3.- Desenlace. Ya entrada la vejez, Fermina queda viudad y Florentino vuele a cortejarla. Empieza todo desde cero. Conseguido el objetivo, vuelven a un amor que habían dejado hacía: “cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches.”
            La poesía en este texto ya no nace de esos elementos mágicos a que tanto nos tiene acostumbrados García Márquez, aunque tampoco falten algunos (la muñeca negra que aumenta de tamaño, Florentino comiendo rosas...), sino de la fuerza de su mismo tema: el amor, protagonista absoluto de la obra, arropado, en ocasiones, por un paisaje mucho más mágico de cuanto puedan serlo otros fenómenos y aconteceres más sorprendentes y extraños.
Mediante un lenguaje lleno de riqueza y versatilidad, el escritor colombiano narra el esquema complejo, verosímil y esperanzado de un mundo que se asemeja, más de lo que nosotros pensamos, al mundo en que vivimos. De esta manera nos demuestra una vez más que la vida no es otra cosa que el trabajo interminable para el que los seres humanos fuimos creados.

3.LOS PERSONAJES DE EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA
  Por esta novela cruzan un gran número de personajes, que actúan como elementos que giran alrededor de los personajes principales; protagonistas indiscutibles que configuran el triángulo amoroso que vertebra la trama:
 Personajes Principales.
      Por un lado, Juvenal Urbino de la Calle. Licenciado en París como doctor en Medicina, vuelve a su pueblo, donde destacará por acabar con el cólera; lo que le concede el respeto y la admiración de todos. De buena familia, carácter cobarde y sincero. En su juventud era el soltero más codiciado por su forma de tratar a las personas. Conoce a Fermina Daza como  paciente, pues se creía que sufría el cólera. Se casará con ella y tendrán varios hijos. Mantiene con su esposa un trato cordial y correcto –se casó con ella sabiendo que no la amaba-, y le fue infiel con otras mujeres, entre ellas destaca una mulata que se llamaba Bárbara Lynch. Su muerte, al intentar atrapar a un loro que se había encaramado en un árbol, no deja de ser una absurda muerte para un personaje como Juvenal, cuyas últimas palabras son para Fermina: "solo Dios sabe cuánto te quise".
      Por otro lado, Florentino Ariza, hijo de Tránsito Ariza y de un empresario de la compañía fluvial del Caribe que falleció debido al cólera. Florentino usaba lentes porque padecía de miopía, sufría de estreñimiento crónico, y su vestimenta era muy sombría y lo hacía parecer más viejo de lo que era. También le encantaba escribir y leer poemas de amor. Locamente enamorado de Fermina Daza, le prometió su fidelidad cuando era joven. Las diferencias sociales y de carácter los separan. Tal es la magnitud de su amor que esperará más de cincuenta años al amor de su vida. Fermina se casa con el doctor Juvenal Urbino, pero Florentino sigue amándola y espera la oportunidad para volver con ella. Mantiene amores clandestinos con diversas mujeres, pero su único objetivo es Fermina, a la que denomina, tanto en su poesía como en su vida,: ”Diosa Coronada”.
       En medio, Fermina Daza. De ojos almendrados, con pelo largo color miel; era de buena familia, de carácter vivo. En su juventud vivió un inocente romance con Florentino Ariza. Tras enterarse, su padre expulsa a la tía Escolástica por consentir el amorío, y marcha con Fermina a vivir con la prima de ésta, Hildebranda. Allí madura, adquiere un carácter orgulloso y obstinado, y continúa pensando en Florentino, anhelando regresar para verlo y casarse con él. A su vuelta, Fermina vuelve a ver a Florentino y cae en la cuenta de que no lo conoce ni ama: “Pobre hombre”. Conocerá al doctor Juvenal Urbino en una falsa alarma de sufrir el cólera, y, con el consentimiento del padre, se casa con él. Se trata de una mujer astuta y dueña de su casa (descubre la infidelidad de su marido con Bárbara Lynch). A la muerte de Juvenal, Fermina se niega en un principio a volver a ver a Florentino, que continúa amándola, hasta que consiente un acercamiento amistoso entre ambos. Esto les permite conocerse y al fin, ya en su vejez, vivir el romance que de jóvenes no pudieron.
  Personajes Secundarios. Algunos de ellos se esbozan a continuación:
-Lorenzo Daza: Padre de Fermina, es un hombre de negocios sucios y turbios, traficante de mulas, muy autoritario hasta con su hija, pues la apartó de Florentino. Verá en Juvenal al candidato ideal: “Fermina Daza se dio cuenta muy pronto de que su padre estaba tratando de ablandarle el corazón.”
- Tránsito Ariza: Madre y confidente de Florentino Ariza. Dirige la vida de su hijo, al que le aconseja: “Aprovecha ahora que eres joven para sufrir todo lo que puedas, que estas cosas no duran toda la vida.”
- Tía Escolástica: Tía de Fermina por parte de su padre, la crió como si fuera su propia madre. Facilita la correspondencia entre ésta y Florentino; cuando Lorenzo se da cuenta, le ordena irse de la casa.
- Gala Placidia: sirvienta negra de Fermina Daza, la acompaña a partir de la marcha de la Tía Escolástica.
-Tío León: Tío de Florentino que le da trabajo en la CFC (Compañía Fluvial del Caribe), lo enseñó a manejar el cargo y lo nombró presidente y heredero de la misma compañía.
-Lotario Thugut: telegrafista alemán; anima a Florentino Ariza a la telegrafía siendo su maestro y trabajando con él. Dueño del hotel de paso donde Florentino vivió de joven.
-Blanca de la Calle: Madre de Juvenal, autoritaria y celosa con su hijo, no siente aprecio por Fermina.
-Hildebranda Sánchez: Prima y confidente de Fermina Daza. Es la única que comprende su estado desde que la vio por primera vez, puesto que también ella se consumía en las brasas de un amor temerario. Sigue de cerca el amor entre Fermina y Florentino mediante las cartas, que ella facilita.
-Bárbara Lynch: Doctora en Teología, será la amante de Juvenal durante cuatro meses.
-Olimpia Zuleta: una noche Florentino le pinta: “Esta cuca es mía” y su marido, al verlo, la asesina.
-La Viuda de Nazaret: Mujer que Tránsito acoge en su casa por caridad, mantiene relaciones sexuales con Florentino debido a que busca una cama para dormir y la madre de Florentino le ofrece la del hijo.
-América Vicuña: En la obra aparece cuando Fermina se va a vivir con su prima Hildebranda, y Florentino, que alcanza el puesto de Gerente General de la Compañía Fluvial del Caribe, se siente atraído por ella, una niña mucho más jovial que Fermina que cursaba los estudios primarios. Se delata su inocencia de niña y acepta todos los obsequios que Florentino le brinda, hasta que, desengañada, acaba suicidándose por amor no correspondido.
     Con respecto a las amantes de Florentino, son más de seiscientas. Entre ellas destacan las citadas, sin olvidar a Rosalba, la mujer anónima que lo desvirga en su viaje en barco dando comienzo así a cincuenta años de promiscuidad de un hombre que, paradójicamente, sólo anhela el amor de la única mujer que le está vedada.



4.EL AMOR Y LA MUERTE EN EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA
  El amor en los tiempos del cólera es una obra maestra de la literatura del siglo XX, cuyo tema principal es la unión de amor y muerte a través del cólera, enfermedad cuyos síntomas se asemejan a los del amor y  lleva a la muerte. Gabriel García Márquez relata la intensa sensación de amor que siente Florentino Ariza desde que vio por primera vez a Fermina Daza en su casa, donde llevaba un telegrama. Comienza a conquistarla con apasionadas cartas, a las que ella sucumbe. Estamos ante un amor verdadero pero imposible, ya que Lorenzo Daza, padre de Fermina, la obliga a que no vuelva a verlo y se la lleva lejos para que lo olvide. En ese tiempo, conoce a Juvenal Urbino, y, tras varios años, regresa y termina casándose con él aun sin estar enamorada.
 En todo ese tiempo, Florentino tuvo a Fermina en su corazón. El amor que que encarna Florentino Ariza, a pesar de ser contrariado, se basa en un juramento de amor y fidelidad lo suficientemente fuerte como para conservarse intacto durante toda una vida. En el funeral del marido de Fermina, Florentino le confiesa: “Fermina -le dijo-: he esperado esta ocasión durante más de medio siglo, para repetirle una vez más el juramento de mi fidelidad eterna y mi amor para siempre”. No olvida a Fermina y no se casa, pese a que mantiene relaciones con muchas otras mujeres; pues, desde que Florentino y Fermina se vieron por primera vez hasta que él le reiteró su determinación medio siglo más tarde, no tuvieron nunca una oportunidad de verse a solas ni de hablar de su amor. Florentino Ariza sustituía el vacío que el amor ilusorio de Fermina Daza creaba en su vida con pasiones terrenales, amores de cama. En la plenitud de sus relaciones, Florentino se había preguntado cuál de los dos sería el amor, el de la cama turbulenta o el de las tardes apacibles de los domingos. Una de sus amantes le da la definición del amor dividido: “Amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo” (Sara Noriega). “Cuando Florentino vuelve a la vida de Fermina, a ella le resulta imprevista la reiteración dramática de un amor que para ella no había existido nunca y a una edad en que a él y a ella no les quedaba más que esperar de la vida”; así que Florentino se propone utilizar un método distinto de seducción, sin ninguna referencia a los amores del pasado. Tenía que enseñarle a pensar en el amor  como un origen y un fin en sí mismo. Cuando comienzan a verse personalmente, ambos se vieron como eran: dos ancianos acechados por la muerte, sin nada en común, aparte del recuerdo de un pasado efímero que ya no era de ellos sino de dos jóvenes desaparecidos. Ella pensó que él iba a convencerse por fin de la irrealidad de su sueño, y eso iba a redimirlo de su impertinencia: “Fermina estuvo a punto de pedirle que no volviera más, pero la idea de una pelea de novios le pareció tan ridícula a la edad de ambos, que no pasó de causarle una crisis de risa. Florentino invita a Fermina a viajar por el río y ella acepta. Entonces es cuando le llega a Fermina la hora de preguntarse con dignidad qué hacer con el amor que se le había quedado sin dueño: “Y reconoció a Florentino como el hombre que estuvo siempre al alcance de su mano aunque ella no lo hubiera notado antes.” Así se dejan ir y venir, amándose, a bordo del barco “Nueva Fidelidad”.
“Decidió casarse con Juvenal. Y, aunque no lo admitiera, la acongojaba la idea de que, para bien o para mal, Florentino Ariza era lo único que le había ocurrido en la vida.” Cuando Fermina tuvo que enfrentar la decisión de casarse con Juvenal Urbino sucumbió en una crisis mayor, al darse cuenta de que no tenía razones válidas para preferirlo después de haber rechazado sin más a Florentino Ariza. En realidad, lo quería tan poco como al otro, pero además lo conocía mucho menos. Ambos formaban una pareja admirable. Sin embargo, a lo largo de su matrimonio, atravesaron varias crisis. Por su parte, Juvenal era consciente de que no amaba a Fermina. En el curso de los años, ambos llegaron por distintos caminos a la conclusión sabia de que no era posible vivir juntos de otro modo, ni amarse de otro modo: nada en este mundo es más difícil que el amor.
Encontramos distintas artes amatorias: 1. Amor romántico. El amor de FA a FD es ultra romántico. FA se extraña de que los demás no se enamoren al ver pasar a FD; por lo tanto, es un amor idealizado: FD sube de clase social cuando se casa con Juvenal. 2. Amor apasionado, voluble. El amor idealizado desaparece en FD, al contrario del amor fijo de FA. 3. Amor adúltero. Juvenal con Bárbara Lynch. 4. Amor fatal. El de América Vicuña. 5. Amor como sexo: Olimpia Zuleta. La violación: FA es violado por Rosalba en el barco. Se rompe su intención de virginidad. 6. Amor como desenfreno. La viuda de Nazaret le dice a FA “Te adoro porque me volviste puta”. Y sobre todo, el tópico triángulo amoroso del folletín, la novela rosa, los seriales radiofónicos… y el amor en el matrimonio y al margen de él.
En cuanto a la muerte, encontramos diferentes contextualizaciones: 1. Muerte como suicidio, el de Jeremiah de Saint-Amour: “Había fijado como plazo último para suicidarse la víspera de Pentecostés”, o el de América Vicuña, por amor. 2. Muerte absurda. La muerte no tiene sentido del ridículo. Juvenal Urbino se automedicaba con paliativos para la vejez, pero no puede escapar a la muerte: cuando Urbino comete la imprudencia de atrapar al loro, en ese mismo instante asume su muerte. A Florentino Ariza le apena que haya de esperar a que su amor se concrete a partir de la muerte de Urbino: “decidió, como si dependiera de él, que el doctor Urbino tenía que morir. No sabía ni cuándo ni cómo, pero se lo planteó como un acontecimiento que estaba resuelto a esperar sin prisa ni arrebatos, así fuera hasta el fin de los siglos.” “Y Florentino no pudo resistir la punzada de dolor de que aquel hombre admirable tuviera que morirse para que él fuera feliz.” Cuando cae de las escaleras, Florentino no se mata de milagro: “Por primera vez empezó a pensar de un modo racional en la realidad de la muerte.” La muerte sirve finalmente a los amantes para prolongar su amor, pues la bandera amarilla que iza el capitán del barco que los lleva, los pone en cuarentena ante la falsa amenaza del cólera y les proporciona así un tiempo extra alejados del pasado, de lo que fue y no debió ser en esa tierra firme donde tanto han sufrido por amor y donde ya no les queda más que la cercana e inexorable muerte.




Gracias a la profesora Laura Martínez H. del IES Eduardo Linares Lumeras


1 comentario:

  1. Hola, querría saber si con estos apuntes podria llegar a alcanzar una buena nota en selectividad. Pues mi carrera requiere una nota bastante elevada, por lo que necesito apuntes que me ayuden a conseguirlo.

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