XVII.-
LA
DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930)
El
golpe militar fue pacífico fue escasa la oposición social y
política, empezando por la del gobierno del liberal García Prieto.
La opinión pública acogió con agrado o indiferencia el golpe que
parecía un eco del clamor general contra la vieja política
caciquil. La noche del 12 de setiembre de 1923, el capitán general
de Cataluña Miguel Primo de Rivera declaró el estado de guerra y
repartió su “Manifiesto inaugural:
Al país y al ejército españoles”
con un tono regeneracionista decía que iba a acabar con el
terrorismo, el separatismo, el desorden y el uso político de la
guerra de Marruecos. El rey accedió al golpe y nombró a Primo
presidente de gobierno.
La
Dictadura tendrá dos etapas: Directorio militar (1923-1925) y
Directorio civil (1925-1930)
1.-
El Directorio
militar
(1923-1925).
Con el golpe se proclamó el estado de guerra y se ejerció una gran
represión, pero el dictador afirmaba que la situación tenía
carácter temporal. Primo ejercería como “ministro único” y el
resto del gobierno como “vocales” estaría formado por militares.
No se derogó la Constitución de 1876, pero se suspendieron las
garantías constitucionales y se disolvieron las Cortes. Los
gobernadores civiles fueron sustituidos por militares, se nombraron
delegados militares en los ayuntamientos y los concejales electos
fueron sustituidos por “vocales asociados” por sorteo entre los
contribuyentes. En resumen, se militarizó toda la Administración.
2.-
El Directorio
Civil (1925-1930).
El dictador demostraba sus deseos de permanecer en el poder formando
un gobierno de civiles pero de ideología de extrema derecha muy
alejado de los anteriores políticos, destacando el militar Martínez
Anido (Vicepresidente), Calvo
Sotelo (Hacienda) y Aunós
(Trabajo). Primo convocó una Asamblea
Nacional Consultiva (1927) para
aprobar un texto legal que legitimase al régimen. Rompía con el
parlamentarismo pues en la Asamblea legislativa (que tan solo era
consultiva, ya que el dictador gobernaba mediante el uso del
decreto-ley) no estarían representados los partidos políticos, sus
miembros no serian elegidos por sufragio, sino mediante designación
entre los ciudadanos pertenecientes a instituciones públicas
(municipios, universidades, patronales, representantes obreros). Se
creó un partido único “Unión
Patriótica” (“Dios, Patria y
Religión”). No tenía un programa ideológico definido y su
objetivo sería proporcionar apoyo a la dictadura y seguir sus
directrices (clara influencia del fascismo italiano). Su base social
serían los caciques rurales, funcionarios y los católicos
conservadores.
3.-
Principales
medidas adoptadas durante el periodo
a)
Formación del somatén.
Milicia cívica de propietarios de origen catalán que se extendió a
toda España (Somatén Nacional,
1923) promovida por la derecha y la
patronal para luchar contra el sindicalismo. Estaba supeditada al
ejército y su misión era garantizar el orden público.
b)
Finalización de la guerra de
Marruecos. Concedió una
amnistía a los responsables del desastre de Annual, finalizando el
proceso por las responsabilidades civiles. Aunque al principio
defendía posturas abandonistas respecto a Marruecos, (lo que le
enfrentaba con los militares africanistas como Franco y Queipo de
Llano), pasó a emprender una gran ofensiva con
la cooperación de Francia. Asumió personalmente el Alto Comisionado
de Marruecos en 1924 y organizó el
desembarco de Alhucemas (1925):
tras varias derrotas, Abd el-Krim se rindió y se entregó a los
franceses. En 1927 el ejército español dio por concluida la
ocupación efectiva de Marruecos (la guerra había costado a España
25.000 muertos y más de 5.000 millones de pesetas) y fue el mayor
éxito de Primo de Rivera.
c)
Política social.
El ministro de Trabajo Eduardo Aunós
se propuso acabar con la conflictividad social para lo cual logró el
apoyo del PSOE y UGT para crear una Organización
Corporativa Nacional (1926),
nuevo marco de relaciones laborales por el que se creaban comités
paritarios como órganos arbitrales
en las empresas para resolver los conflictos laborales (5 vocales
representación obreros; 5 de la patronal; y 2 del Ministerio de
Trabajo). El PCE y la CNT no lo apoyaron y fueron perseguidos e
ilegalizados.
d)
Política económica.
La dictadura se benefició de la buena coyuntura económica mundial,
iniciada tras la Gran Guerra (“los
felices años veinte”) y en este
contexto, el régimen puso en marcha un programa de fomento de la
economía española en la industria y en las infraestructuras (aunque
apenas se ocupó del problema agrario). Se alejó del liberalismo
clásico (no intervención estatal en la economía), se
nacionalizaron importantes
sectores de la economía y aumentó el intervencionismo estatal. El
Estado tuvo gran protagonismo en el fomento de las Obras
Públicas (ferrocarriles,
carreteras, planes hidroeléctricos, etc). Se aprobó el Decreto
de la Industria Nacional que
concedía ayudas estatales a las empresas que no podían competir con
el exterior; se crearon monopolios
como el telefonía (Telefónica:
Compañía Telefónica Nacional de
España), ferrocarriles (RENFE)
y de petróleo (CAMPSA),
Tabacalera,
todo financiado con presupuestos extraordinarios que acumularon una
gran deuda.
e)
Política Educativa.
Se fomentó la construcción de escuelas públicas y la creación de
plazas para maestros, lo cual va a poner en contra a la iglesia que
hasta ese momento era la acaparadora del campo de la enseñanza pero
se intentó amordazar a los intelectuales y universitarios con una
fuerte censura.
4.-
La caída de
Primo de Rivera
La
oposición a la dictadura la integraban algunos líderes de los
partidos dinásticos, republicanos, nacionalistas, anarquistas,
comunistas algunos sectores del ejército y casi la totalidad de los
intelectuales. Se produjo contra el dictador la conspiración
militar del 24
de junio de
1926
(la sanjuanada) que fracasó.
Primo intentó amordazar a los intelectuales y universitarios con una
fuerte censura, llegando a cerrar las universidades por las protestas
estudiantiles, a los que respondieron los universitarios creando la
FUE (Federación Universitaria
Española) y en 1924 los
intelectuales redactaron un manifiesto en contra de Primo: el
dictador respondió desterrando a varios de ellos (Unamuno desterrado
a Fuerteventura); los republicanos se agruparon en la Alianza
Republicana y los nacionalistas
catalanes se le opusieron porque había liquidado la Mancomunidad
(1925) y prohibido el uso del catalán y de la sardana. El Estat
Català de Frances Macià intentó
una sublevación armada que fracasó (1926). En 1927 el ala radical
de la CNT crearía la FAI (Federación Anarquista Ibérica)
partidaria de posturas violentas.
Cuando
el rey vio la creciente impopularidad de Primo se intentó distanciar
de él para salvar la monarquía, haciendo dimitir al dictador el 30
enero 1930 (a pesar de que Primo de Rivera decía: “a
mí no me borbonea nadie”). Alfonso XIII nombró
presidente de gobierno al general Berenguer (La Dictablanda)
para que convocase elecciones y se retornase al sistema
constitucional de la Restauración. Pero la creciente fuerza de
catalanistas, socialistas y republicanos, que habían firmado el
Pacto de San Sebastián (agosto 1930), hizo que
fracasase el plan de Berenguer. Dimitió y fue sustituido por el
almirante Aznar, nombrando el rey que preparó las
elecciones a tres niveles: primero se convocarían las municipales
(que se creían menos peligrosas), luego las provinciales (para las
Diputaciones provinciales) y por último las legislativas. Sin
embargo, las elecciones municipales del 12 de abril de 1931
se presentaron como un plebiscito a favor o en contra de la
monarquía, por lo que, al ganar las candidaturas
republicano-socialistas en las grandes ciudades, se consideraba que
el electorado estaba en contra de la monarquía. El 14 de abril
por la mañana en la ciudad guipuzcoana de Eibar se proclamó la
República, y a lo largo del día sucedió lo mismo en todo el país.
Alfonso XIII renunció a sus poderes y abandonó el país por
Cartagena. Se instauraba la IIº República
Española.
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