domingo, 28 de octubre de 2012

HISTORIA DE ESPAÑA PAU: LA GUERRA CIVIL




TEMA XIX.- LA GUERRA CIVIL (1936-1939)

I.- LOS PLANES DE LOS CONSPIRADORES

Aunque la conspiración se inició como consecuencia de la victoria del Frente Popular, se habían producido otros intentos, como la Sanjurjada (fallido golpe de Estado que intentó parte del ejército español la madrugada del 10 de agosto de 1932 contra la II República liderado desde Sevilla, por el general Sanjurjo. Tras el golpe, Sanjurjo fue en primer lugar condenado a muerte, y posteriormente, tras una temporada en el Dueso, fue exiliado a Estoril (Portugal), desde donde trató de volver años después para ponerse al frente de los sublevados en 1936) y movimientos protagonizados por los generales Goded, Fanjul y Franco (dic. 1935-febrero 1936).

El jefe de la operación fue el general Mola desde Pamplona y Sanjurjo el designado para presidir el Directorio Militar, pero falleció en accidente aéreo cuando se dirigía desde Portugal a España para encabezar la sublevación. Franco se incorporó en el último momento y tras muchas dudas. Los conspiradores no tenían un objetivo claro excepto desalojar al gobierno legítimo: preveían un golpe breve y rotundo que durase horas y a lo sumo días, pero no una guerra civil de años, pues confiaban en la debilidad de las instituciones republicanas, mientras que, el gobierno de la República presidido por Casares Quiroga no supo prever el golpe ni evitarlo.


II.- EL GOLPE DE ESTADO Y LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO

1.- DEL GOLPE DE ESTADO A LA GUERRA CIVIL. La sublevación comenzó en Melilla el 17 de julio: el coronel Yagüe, jefe de la Legión se sublevó contra la República, extendiéndose rápidamente por todo el protectorado marroquí. Franco, tras controlar la situación en Canarias, se trasladó a Marruecos y se puso al frente de la rebelión.

Entre el 18 y el 19 de julio la rebelión se extendió por el resto de España, uniéndose a los militares civiles falangistas y requetés. La falta de toma de decisiones del gobierno hizo que en dos días los sublevados se habían apoderado de Pamplona, Sevilla, Castilla la Vieja y parte de Aragón. Casares Quiroga fue sustituido en la presidencia de gobierno por José Giral el 19 de julio quien armó a las milicias de sindicatos y partidos del Frente Popular. La sublevación fracasó donde las fuerza obreras tenían más peso: zonas industriales de Cataluña, País Vasco, Asturias, Madrid y Levante. Al fracasar el plan de los sublevados de apoderase en poco tiempo de los resortes del Estado, el país se dividió en dos bandos que se enfrentarían en una dura guerra civil de tres años.

El bando de los sublevados lo constituían militares conservadores, monárquicos de derechas, católicos, falangistas y requetés, y cuantos se habían opuesto a las reformas de la República, apoyados e inspirados por el fascismo se definían como “nacionales” (por su defensa de la unidad de España) y católicos. No había unanimidad sobre las acciones a emprender tras el triunfo del golpe: “restablecer el orden” a través de una dictadura militar que eliminase el riesgo de revolución que ofrecía el Frente Popular y, tras un periodo, restablecer un poder civil en forma de monarquía o república (la CEDA y los monárquicos querían la monarquía; los falangistas una república fascista a la italiana, y los requetés la entronización de la monarquía carlista).

El bando de los leales a la República lo constituían obreros, trabajadores, pequeña burguesía, campesinos sin tierras, afiliados a organizaciones socialistas, comunistas o anarcosindicalistas y eran definidos por los sublevados como “rojos” aunque también había sectores de la burguesía ilustrada, intelectuales y artistas. Defendían la legitimidad republicana y eran los que habían apoyado las reformas del Bienio Social-Azañista y el Frente Popular.

2.- LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO

Desde el primer momento tuvo una gran repercusión internacional pues fue vista como una confrontación entre las fuerzas democráticas y las fascistas, creyéndose que era el precedente de lo que finalmente ocurriría en la Segunda Guerra Mundial. Pero en realidad era un enfrentamiento entre los viejos grupos dominantes de la España de la Restauración y los grupos emergentes obreros y burgueses que deseaban un régimen democrático y una sociedad más moderna sin los privilegios de de los latifundistas, empresarios, ejército y clero.

La Guerra de España apasionó y dividió a la opinión pública internacional y gobernantes. Los demócratas de todo el mundo, los partidos obreros, México y la URSS apoyaron decididamente a la República mientras que los regímenes fascistas de Italia, Alemania y la Portugal del filofascista Oliverira Salazar y el Papado apoyaron a los sublevados. Ante el temor a una internacionalización del conflicto se creó en Londres el Comité de No Intervención (agosto,1936) que en realidad fue una injusticia para la república y una de las causas de su derrota al negar a un Estado soberano y legítimo el derecho a adquirir armas para defenderse de la insurrección. El miedo de Inglaterra y Francia a enfrentarse a Alemania les hizo adoptar una postura de mirar para otro lado y no reconocer la fuerte intervención alemana e italiana a favor de los sublevados.

La República. El gobierno de Largo Caballero se vio obligado a comprar y productos energéticos en la Unión Soviética: en octubre de 1936 envió a Moscú las reservas de oro del Banco de España para hacer frente al pago, y los consejeros militares soviéticos jugaron un destacado papel en la organización táctica de la guerra, influyendo enormemente en el PCE. También las Brigadas Internacionales prestaron una gran ayuda a la República, movimiento de solidaridad antifascista pues de forma voluntaria, libre y espontánea más de 60000 brigadistas llegaron de todo el mundo a Madrid para poner en juego su vida por la República.
URSS: 6000 soldados, tanques y artillería 2000 y aviones 1000 (Katiuskas y moscas)

Los sublevados. Pero sin duda fueron los sublevados los más favorecidos del apoyo extranjero:
Italia: 80000 soldados y 800 aviones (bombarderos, cazas y otros). Corpo Truppe Volontarie (unidad de tropa con mandos propios).
Alemania: 20000 soldados, 800 tanques y artillería y 600 aviones (bombarderos, cazas y otros). La Legión Cóndor (aviación que arrasó Guernica).
Portugal: ayudó facilitando el paso por su territorio de tropas franquistas y con la Legión Viriato.


III.- DESARROLLO DE LA GUERRA

1.- ZONA REPUBLICANA: REVOLUCIÓN CONTENIDA

A) Gobierno de José Giral. Disolvió el ejército tradicional y decretó la creación de batallones de voluntarios en los que debían integrarse las milicias, emergiendo una estructura de poder en torno a los sindicatos y partidos de izquierdas, única fuerza capaz de defender a la república. El Estado se vino abajo y surgieron consejos y comités que organizaban las columnas de voluntarios para el frente, la economía y el orden público. Con el alzamiento militar se creó un clima revolucionario y se pensaba que una vez vencido al enemigo habría que hacer la revolución. Gran parte de la propiedad industrial y agraria fue colectivizada; los comités controlaban los transportes, fábricas, talleres, etc. Se intervinieron las cuentas bancarias, y se paralizó la transmisión de bienes inmuebles.
Todos los afines a los “facciosos” (sublevados) sufrieron una gran persecución: la Iglesia, la burguesía, clases acomodadas, terratenientes, creyentes, persecución que escapó al control del poder republicano. Tuvieron lugar miles de asesinatos, los llamados “paseos”, detenciones ilegales en las checas (cárcel clandestina), saqueos e incendios de iglesias, requisa de bienes y de propiedades particulares. Se asesinaron a muchos presos políticos que estaban en prisión en la Modelo de Barcelona, en Madrid (asesinados en Paracuellos del Jarama cuando se les trasladaba a Valencia) o Alicante (José Antonio). El terror revolucionario fue impuesto sobre todo por el sector más radical del anarcosindicalismo (CNT-FAI) y los troskistas del POUM, mientras los demás exigían un poder estatal fuerte que concentrara sus esfuerzos en ganar la guerra (2 tendencias: A/ 1º guerra y después revolución; B/ guerra y revolución al mismo tiempo).

B) Gobierno de Largo Caballero (set. 1936-mayo 1937). Lo formaban republicanos, socialistas, comunistas y, caso sin precedentes en el mundo, cuatro ministros anarquistas. El gobierno se trasladó a Valencia ante el peligro a que Madrid cayese en poder de los sublevados. Una serie de fracasos militares abrió el enfrentamiento entre las fuerzas republicanas: republicanos, socialistas y comunistas eran partidarios de poner orden en la retaguardia y reforzar vínculos con las clases medias creando un Estado fuerte concentrado en el esfuerzo bélico.

Los Hechos de Mayo (1937) de Barcelona debilitaron al gobierno Largo Caballero. En los meses anteriores cuando el gobierno de la Generalitat intentó desalojar del edificio de Telefónica a los anarquistas que lo habían ocupado, controlando las comunicaciones, los hechos derivaron en un enfrentamiento en las calles de Barcelona entre militantes del CNT y POUM, y militantes del PSUC, ERC y UGT que respaldaban al gobierno. El gobierno central envió fuerzas a Cataluña para controlar el orden (200 muertos y crisis de gobierno).

C) Gobierno Negrín (mayo 1937-marzo 1939). Largo Caballero se negó las exigencias de la URSS de perseguir al POUM y dimitió, y el presidente de la República Azaña encargó la formación de gobierno al socialista y prestigioso fisiólogo Juan Negrín. El POUM fue declarado ilegal y su líder Andreu Nin asesinado por agentes de la policía soviética. Formaban el gobierno todas las fuerzas del Frente Popular excepto la UGT y la CNT aunque daban su apoyo, e Indalecio Prieto asumió el Ministerio de la Guerra. El nuevo gobierno basó su política en el esfuerzo militar, reforzando el poder central, se unificó la dirección de la guerra y se integraron todas las milicias en el Ejército Popular. La sede del gobierno se trasladó de Valencia a Barcelona.

Ante la dificultad de frenar el avance de las tropas franquistas el gobierno, aunque llevaba a cabo un esfuerzo militar y una política de resistencia a ultranza, intentó la salida negociada a la guerra. Negrín propuso su célebre Programa de Trece Puntos (abril 1938) en el que proponía el cese de la lucha, la permanencia de la república, y la apertura de un proceso de elecciones democráticas, a lo que respondió Franco con la exigencia de una “rendición sin condiciones”. A partir de marzo de 1938 se pensaba en la imposibilidad de la victoria republicana y el Pacto de Munich de setiembre de 1938 por el que Gran Bretaña y Francia reconocían la ocupación de los Sudetes por Hitler, plegándose al expansionismo nazi. El único que defendía (con apoyo de los comunistas) la resistencia militar a ultranza era Negrín, con la esperanza de que el inicio del previsible conflicto en Europa entre las potencias democráticas y las fascistas ayudara a la República en su victoria final. El lema de Negrín sería: “Resistir es vencer”.
Pero la pérdida de Cataluña en febrero de 1939 significó el exilio de los gobiernos de la República, de Cataluña y del País Vasco. En marzo Gran Bretaña y Francia reconocían al gobierno de Franco y Azaña presentaba en Paris su dimisión como presidente de la República. A pesar de los esfuerzos de Negrín, la República tenía los días contados.


2.- ZONA SUBLEVADA: CREACIÓN ESTADO TOTALITARIO

A) La creación de un partido único. El gobierno de Burgos.

La muerte accidental en Lisboa de Sanjurjo (20 julio 1936) planteó el problema de quién lideraría el movimiento golpista. El 24 de julio se creó en Burgos la Junta de Defensa Nacional integrada por militares (Franco, Mola, Queipo de Llano..) y dirigida por el general de más edad, el general Cabanellas. Su misión era gobernar el territorio ocupado y sus primeras medidas fueron prohibir la actividad de los partidos, suspender la Constitución y paralizar la reforma agraria. El liderazgo de Franco se impuso después de liberar el Alcázar de Toledo y de que Hitler y Mussolini lo reconocieran como único interlocutor. El 30 de setiembre los sublevados lo eligieron jefe del Alzamiento y el 1 de octubre de 1936 se publicó el decreto nombrándolo Jefe del Gobierno del Estado y Generalísimo de los Ejércitos, desapareciendo la Junta de Defensa Nacional, y el cuartel general del Generalísimo se trasladó a Salamanca.

Solo actuaban como grupos políticos Falange y Comunión Tradicionalista (carlistas) y se toleraba la CEDA y los monárquicos. Franco, inspirándose en el modelo fascista italiano y alemán, de partido único y un jefe con plenos poderes, dio a conocer el Decreto de Unificación (abril de 1937) por el que se creaba el partido único Falange Española Tradicionalista y de las JONS unificando a falangistas y carlistas y en el que se integrarían todas las fuerzas nacionalistas. Franco sería su Jefe Nacional controlando todos los poderes. Su uniforme la camisa azul de la Falange y la boina roja de los carlistas y el saludo fascista brazo en alto. Los que se negaron fueron encarcelados como el falangista Hedilla y el carlista Fal Conde.

En enero de 1938 se creaba el primer gobierno de Franco en el que asumía la jefatura del estado y la presidencia de gobierno, pasando a ser llamado Caudillo de España. Se abolió toda la legislación republicana, se suprimieron las libertades religiosa, política, sindical, de prensa, autonomías, se restableció la pena de muerte. Se prohibieron las huelgas y manifestaciones obreras y se creó el Sindicato Vertical (Fuero del Trabajo). El nuevo estado sería confesional, se suprimía el matrimonio civil y el divorcio, se establecía el culto religioso en la enseñanza y en el ejército y se restablecía una retribución al clero.
Se uso de forma sistemática una violencia extrema e institucionalizada que pretendía la aniquilación de los vencidos siendo muchos asesinados solo por ser adictos a la república (Lorca). Gran parte de los asesinados durante la guerra fueron enterrados en fosas comunes sin constancia de su desaparición (relacionar con la ley de Zapatero sobre Memoria Histórica).







IV.- OPERACIONES MILITARES

El objetivo de los sublevados era tomar Madrid, símbolo del poder republicano. Las tropas de África, legionarios y regulares al mando del general Yagüe pasan el estrecho y se unen a las tropas sublevadas en Sevilla por el general Queipo de Llano, y desde el sur toman Badajoz y enlazan con los sublevados en Galicia, Castilla la Vieja y Navarra. Franco, convertido en jefe del ejército tras la muerte de Sanjurjo, decidió desviarse para ocupar Toledo y liberar el Alcázar y a finales de octubre se hallaba a las puertas de Madrid. Los republicanos reaccionaron rápidamente para evitar la caída de la capital y se hicieron míticas las consignas de “No pasarán” y “Madrid, tumba del fascismo”. El gobierno se trasladó a Valencia, y Madrid resistió con la llegada de las Brigadas Internacionales, los carros de combate rusos y la columna anarquista procedente de Cataluña dirigida por el mítico Durruti (murió en noviembre en la defensa de Madrid).

Los nacionales intentaron aislar Madrid con maniobras envolventes como la batalla del Jarama y la batalla de Guadalajara en donde las tropas fascistas italianas sufrieron una gran derrota. Ante el fracaso en la toma de Madrid, Franco se decidió ocupar el norte. Mola desde Navarra había ocupado San Sebastián y desencadenó un ataque hacia Vizcaya. El 26 de abril Guernica era arrasada por la Legión Cóndor por orden del cuartel general de Franco, primer bombardeo aéreo de la historia de una población civil (obra de Picasso) y Bilbao fue ocupada. Para aliviar la presión en el norte, los republicanos desencadenaron las batallas de Brunete y Belchite, pero no impidieron que Franco ocupase Santander y después Asturias.

A finales de 1937 se produjo el avance nacionalista hacia el Mediterráneo, y el ejército republicano (que había sido reorganizado y dotado con mandos profesionales a los se sumaron los Modesto, Líster y el Campesino) dirigido por el destacado general Rojo, el defensor de Madrid, desencadenó la batalla de Teruel, pero Franco reaccionó con la campaña de Aragón, atravesando el Maestrazgo y llegando al Mediterráneo por Vinaroz, dividiendo el territorio republicano en dos zonas (Cataluña quedaba aislada).

Entre julio de 1936 y febrero de 1939 tuvo lugar la batalla más sangrienta de toda la contienda: la Batalla del Ebro en la que se emplearon a fondo la aviación alemana e italiana, siendo derrotado los republicanos. Franco decidió la toma de Cataluña entrando el 26 de enero de 1939 sin resistencia y huyendo desde Gerona miles de refugiados a Francia, incluido el jefe de gobierno Negrín (que volvió a España inmediatamente) y el Presidente de la República Azaña.

El fin de la guerra era inminente. En febrero de 1939 a la República no le quedaba más territorio que Madrid, La Mancha y la región mediterránea, desde Valencia hasta Almería. En Madrid se produjo el 5 de marzo la sublevación contra el gobierno de la República del coronel Casado, responsable de su defensa, que había entrado en contacto con Franco para entregar la ciudad, quien sólo aceptó una rendición sin condiciones, y el 28 de marzo sus tropas entraron en Madrid sin la menor resistencia. En días posteriores se ocupó la zona mediterránea y el 1 de abril Franco firmó en Burgos el último parte de guerra: En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. Españoles, la guerra ha terminado”.


V.- CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

1.- Los muertos y desaparecidos. 1 millón de muertos de los cuales 300.000 en el frente. A estos hay que añadir los fusilados en ambos bandos, y en el franquismo se prolongaron las ejecuciones durante una década y los presos superaron los 300.000 y muchos murieron por las malas condiciones de su reclusión (Miguel Hernández). La demografía se vio afectada por un descenso en la natalidad.

2.- El exilio. No sólo tuvo una dimensión cuantitativa sino también cualitativa. Muchos huyeron de España por temor a la represión franquista y se establecieron en Francia, México y la URSS. Muchos acabaron en campos de concentración nazis (Mauthausen). Afectó en la economía pues con el exilio se redujo la población activa. Además muchos eran la vanguardia de la intelectualidad (Medicina, Profesores, etc).

3.- La represión. Los presos e internados en campos de concentración franquistas, condenados a trabajos forzados (Valle de los Caídos) y personas que durante treinta años vivieron escondidas (topos). Las depuraciones en la Enseñanza, guardia de Asalto, ejército.

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