XVI.-
PANORAMA
GENERAL DEL REINADO DE ALFONSO XIII. INTENTOS DE MODERNIZACIÓN. EL
REGENERACIONISMO Y LA CRISIS SOCIO-ECONÓMICA (1902-1923)
El
desastre de 1898
produjo una conmoción en el país y el régimen de la Restauración
entró en crisis. Con la subida al trono de Alfonso XIII (1902)
coincide una nueva generación de
políticos y nuevos movimientos sociales
(republicanismo, obrerismo -anarquistas y socialistas- y
nacionalismo). El régimen fue incapaz de ensanchar su base social
hacia esas fuerzas, que estuvieron al margen del sistema dando lugar
a conflictos sociales y políticos.
Entre
1898 y 1912, los partidos dinásticos intentaron una modernización
del sistema (Maura
y Canalejas),
pero fracasaron al producirse una fragmentación de dichos partidos:
el problema colonial en Marruecos
y el impacto de la Gran Guerra
agudizaron los conflictos, estallando la crisis
revolucionaria de 1917. El
golpe de estado de Primo de Rivera y su dictadura (1923-1930)
y el compromiso de la corona con el nuevo régimen desembocó en su
caída en abril de 1931.
I.-
EL REGENERACIONISMO.
El impacto que tuvo en la opinión pública el desastre colonial
provocó un movimiento intelectual y social crítico con el sistema,
el regeneracionismo. Tuvo una triple
vertiente: el regeneracionismo
socioeconómico
que agrupaba a los pequeños y medianos empresarios siendo su
ideólogo Joaquín Costa
(“Oligarquía
y caciquismo”) que
censuraba el sistema político y el falseamiento electoral, y
defendía una serie de medidas que se resumían en su lema “despensa
y escuela”; el regeneracionismo intelectual
y literario, representado por la
generación del 98 con su pesimismo existencial (Unamuno, Machado..);
el regeneracionismo político
representado por los dos partidos dinásticos y sus de reformismo
desde dentro del sistema: los
conservadores Silvela
y Maura,
y el liberal
Canalejas.
1.- El
regeneracionismo conservador.
Antonio Maura
personificó la renovación del Partido Conservador y presidió el
gobierno en dos ocasiones: Gobierno Corto (1903-1904) y Gobierno
Largo (1907-1909). Su programa político regeneracionista sería
conocido como el maurismo
con las siguientes características: conservadurismo católico de
masas (defendía la influencia social de la Iglesia frente a la
izquierda que quería un Estado laico); acabar con el caciquismo pero
creando un estado corporativista (ataque al parlamentarismo y a la
democracia por lo que en este aspecto es similar al fascismo);
incorporación al sistema del catalanismo conservador de la Lliga
Regionalista (y la creación de la Mancomunidad de Cataluña que no
llegó a aprobarse); realizar reformas o hacer la
revolución “desde arriba” para
evitar una revolución obrera (Ley de
Colonización Interior; Ley
de Descanso Dominical; creación del
Instituto Nacional de Previsión
dedicado a los seguros obreros); política nacionalista y
expansionista en Marruecos (para olvidar la derrota de 1898 y hacer
concesiones a los militares que se habían convertido en un poderoso
grupo de presión, y que conduciría al estallido de la Semana
Trágica).
La
Semana Trágica de Barcelona (julio, 1909).
Tuvo la influencia de tres factores:
-
El catalanismo político
de la Lliga y los sucesos del periódico
Cu-Cut (nov. 1905) que había
publicado una sátira y unos oficiales ofendidos asaltaron sus
locales y también los de La Veu
de Catalunya que era el
periódico de la Lliga. El gobierno no pudo castigarlos por la
oposición del rey, por lo que dimitió. El gobierno Moret que
emergió de la crisis aprobó la Ley
de Jurisdicciones (1906) por la cual
los delitos contra la patria y el ejército serían juzgados por
tribunales militares. Las fuerzas políticas catalanas reaccionaron
creando Solidaridat Catalana
(coalición de todos los partidos antidinásticos, desde los
republicanos hasta los carlistas) con brillante éxito en las
elecciones de 1907.
-
El republicanismo.
No todos los republicanos se integraron en Solidaridat pues un grupo
se reunió en torno a Alejandro
Lerroux, político antimonárquico,
demagogo y enemigo del nacionalismo catalán que se había hecho muy
popular entre los obreros por sus mítines republicanos y
anticlericales, y que en 1908 había creado el Partido Republicano
Radical.
-
El Movimiento Obrero.
El sindicalismo catalán estaba muy influido por el anarquismo y en
1907 los sindicatos habían creado una federación obrera favorable a
la lucha revolucionaria, Solidaridad
Obrera, que contaba con prensa
propia “Tierra y Libertad” y que impulsaría la creación de la
CNT (Confederación Nacional del Trabajo) como sindicato anarquista
en 1910.
Los
sucesos estallaron cuando el gobierno de Maura obligó a reclutar
tropas para la guerra de Marruecos,
llamando a filas a los reservistas, muchos casados y con hijos, lo
que significaba la falta de sustento familiar. En Barcelona
aumentaron las protestas, se declaró la Huelga general que degeneró
en un motín que duró una semana, con barricadas, conventos e
iglesias incendiadas, y enfrentamientos con las tropas que,
finalmente, se hizo con la situación. La represión fue brutal:
tribunales militares, Consejos de guerra, 2000 condenados, cinco
ejecutados entre ellos el pedagogo anarquista Ferrer i Guardia,
fundador de la Escuela Moderna. La represión levantó oleada de
protestas a nivel internacional (“Maura,
No”) que obligó a Maura a
dimitir.
2.-
El regeneracionismo liberal.
En 1910, José Canalejas
formó un nuevo gobierno liberal que con su programa se atrajo a
sectores populares (republicanos, socialistas..) basado en reformas
sociales y anticlericalismo. Para limitar el poder de la Iglesia
abordó el tema de su financiación, la separación Iglesia-Estado, y
la negativa de la Santa Sede a cualquier reforma llevó a la
promulgación de la Ley del Candado
(1910) por la que se prohibía la
entrada en España de nuevas órdenes religiosas y la tolerancia de
las manifestaciones públicas de otras confesiones. En cuanto a las
reformas sociales se sustituyó el impuesto de consumos por un
impuesto progresivo sobre las rentas (protestas de los más
acomodados); se reformó la Ley de Reclutamiento pasando a ser
obligatoria la mili
y suprimiéndose la redención en metálico; se prohibió el trabajo
nocturno a las mujeres. Canalejas elaboró un proyecto de ley
de Mancomunidades que posibilitaba
la unión de las Diputaciones Provinciales formando una Comunidad que
gestionaría determinados servicios, pero no llegó a aprobarse pues
Canalejas murió en un atentado
anarquista en 1912 (mientras
miraba los libros del escaparate
de la librería San Martín, en la Puerta del Sol esquina calle
Carretas, el anarquista Manuel
Pardiñas le
disparó tres tiros por la espalda y luego se suicidó).
La Ley sería aprobada en el gobierno siguiente del conservador Dato,
formándose la Mancomunidad de
Cataluña (1914).
II.-
EL IMPACTO DE LA GRAN GUERRA.
En 1914 tuvo lugar el estallido de la Primera Guerra Mundial entre
los imperios centrales (Alemania, Austria) y los países aliados
(Gran Bretaña, Francia y Rusia) y el conflicto se propagó a casi
todos los países del mundo. El presidente de gobierno, el
conservador Eduardo Dato declaró la neutralidad de España lo que
supondría una gran oportunidad para la economía del país pues las
exportaciones de productos agrarios e industriales iban a crecer ante
la demanda de los países beligerantes, y además a altos precios.
Gran
parte de la producción española se dedicó a la exportación por lo
que los precios interiores experimentaron alzas considerables sin que
subiesen los salarios. La carestía de vida se convirtió en un
problema para las clases populares; se encarecieron notablemente
productos básicos como el pan, arroz, bacalao, y el conflicto social
creció de manera imparable. Las organizaciones obreras encabezaron
una protesta cada vez mayor que desembocó en la huelga general
revolucionaria del verano de 1917.
III.-
LA CRISIS DE 1917.
En 1917 se produjeron conflictos sociales y políticos en una Europa
en guerra. En Rusia la revolución de febrero había acabado con el
régimen zarista, y la revolución de octubre establecería un
régimen soviético (comunista). En este contexto, en España tiene
lugar una gran conflictividad social, un desmoronamiento del sistema
político de la Restauración y un descontento militar que conducirá
a la grave crisis de 1917. Presenta un triple aspecto: militar,
político y obrero.
1.-
Protesta militar: las Juntas
de Defensa. El ejército español
tenía excesivo número de oficiales en relación a la tropa. Además
el sistema de ascenso favorecía los méritos de guerra lo que
favorecía a los africanistas en detrimento de los peninsulares.
Además la inflación les hizo disminuir el valor real de sus bajos
salarios. El descontento de la baja y media graduación desembocó en
la formación de Juntas de Defensa,
asociaciones militares que nacieron en Barcelona y se extendieron
rápidamente por toda España pidiendo aumento salarial y ascensos
por antigüedad, culpando al gobierno de los males del país en su
Manifiesto de 1917. El gobierno cedió a sus demandas lo que ponía
en evidencia el poder del estamento militar.
2.-
Crisis política: la Asamblea
de parlamentarios. El gobierno
de Dato
gobernaba por decreto y con las
Cortes disueltas lo que provocó
aireadas protestas de nacionalistas y republicanos, a lo respondió
el gobierno con la declaración del Estado de excepción y aumentando
la censura. Aprovechando la crisis creada por la protesta militar, la
Lliga Regionalista convocó en Barcelona una Asamblea
de Parlamentarios (julio, 1917) que
exigió la formación de un gobierno provisional que convocase
elecciones a Cortes constituyentes. Se prohibió la convocatoria y
fue disuelta por la Guardia Civil. Además, el movimiento
huelguístico que se desató atemorizó a las fuerzas burguesas ante
el temor a una revolución.
3.-
Huelga general revolucionaria
(agosto, 1917). En marzo de
1917, la CNT y la UGT firmaron un manifiesto instando al gobierno a
intervenir para bajar los precios o amenazaban con una huelga
general. La tensión estalló con un conflicto en el sector
ferroviario valenciano: la UGT y el PSOE pidieron el fin de la
monarquía, formación de un gobierno provisional que convocase
Cortes constituyentes y la instauración de la República. La huelga
tuvo escasa incidencia en el sector agrario pero llegó a paralizar
Madrid, Barcelona, País Vasco y Asturias. El gobierno respondió con
medidas represivas, declaró la Ley Marcial y envió al ejército a
aplastar el movimiento. El balance fue de 70 muertos, 200 heridos,
2000 detenidos. El sistema político de la Restauración entró en su
crisis definitiva.
IV.-
DESCOMPOSICIÓN DEL SISTEMA
(1917-1923). Entre
1917 y 1923 la conflictividad política y social hizo imposible la
supervivencia del régimen de la Restauración.
1.-
Descomposición política.
Los escasos deseos de renovación política de los partidos
dinásticos y la cada vez mayor fuerza de los grupos exteriores al
sistema hicieron entrar en una profunda crisis al régimen. Los
partidos dinásticos sin líderes fuertes se fragmentaron en
grupúsculos, cada uno con su propio líder, lo que hacía inviable
mayorías parlamentarias para formar gobiernos estables,
recurriéndose a gobiernos de concentración (el más relevante el
Gobierno Nacional de Maura de 1918). Al fracasar se volvió al turno
dinástico con gobiernos que no llegaban al año de vida,
recurriéndose a medidas de excepción, suspensión de garantías
constitucionales y disolución del Parlamento.
2.-
Conflictividad obrera y
pistolerismo. Los años que
siguieron a la Gran Guerra fueron de enorme conflictividad en toda
Europa pues el establecimiento del estado soviético infundió
esperanzas en el Movimiento Obrero. Además, al finalizar la guerra,
en España descendió la producción, aumentó el paro y subieron los
precios, provocando el crecimiento del sindicalismo. En Barcelona se
inició en 1919 una huelga en La
Canadiense (suministradora de
electricidad) que paralizó a la industria local y finalizó tras mes
y medio de huelga con el acuerdo de la patronal de readmitir a los
despedidos, aumentar los salarios y establecer una jornada laboral de
8 horas. El incumplimiento de los acuerdos hizo que se reanudase la
huelga, a lo que contestó la patronal con un lock-outs (cierre de
empresa) y la represión del gobierno. Los empresarios contrataron a
pistoleros a sueldo para asesinar a dirigentes sindicales, fundando
el Sindicato Libre
(acción violenta) a lo que respondieron los anarquistas de la CNT
atentando contra autoridades,
patronos y fuerzas del orden (“propaganda
por el hecho”). El gobernador
civil de Barcelona, el general Martínez Anido ejerció una dura
represión, aplicando “La Ley de
fugas” (la policía podía
disparar si intentabas huir).
La
época del pistolerismo (1916-1923)
en la que tuvieron lugar más de 800 atentados y más de 200
asesinatos -128 obreros y 25 patronos- (El
presidente de gobierno Eduardo Dato que recibió 20 disparos de
cenetistas en la Puerta de Alcalá -1921-; y el dirigente cenetista
Salvador Seguí “El Noi del Sucre” por pistoleros a sueldo
-1923-).
En
Andalucía tuvo lugar el Trienio
bolchevique (1918-1921) consecuencia
del hambre de tierras, deterioro de los salarios y pésimas
condiciones de vida de los jornaleros. Los campesinos ocuparon las
tierras, quemaron las cosechas con huelgas revolucionarias y
manifestaciones que serían aplastadas por el ejército al declararse
el Estado de guerra.
3.-
La guerra de Marruecos: el
desastre de Annual. En la
Conferencia de Algeciras (1906) y por posterior Tratado
hispanofrancés (1912), Francia y España se repartieron Marruecos,
creando un protectorado en el que a España le correspondía el
territorio del Riff, zona montañosa del norte, con la obligación de
pacificarlo y organizarlo: aunque se esperaba sacar provecho
económico de posibles inversiones mineras, en realidad se trataba de
restaurar el prestigio del ejército, hundido tras el desastre de
Cuba. Los rifeños organizados en cabilas, atacaron a las tropas
española que sufrieron una importante derrota en el Barranco
del Lobo. El gobierno decidió
aumentar el número de soldados, llamando a filas a reservistas, lo
que provocó el estallido de la Semana
Trágica de Barcelona (1909).
A
comienzos de 1920, la zona oriental del protectorado de Marruecos, en
torno a Melilla, estaba hostigada por cabilas rifeñas al mando de
Abd el-Krim. Para dirigir a las tropas se eligió a un amigo del rey,
el general Silvestre que emprendió una campaña hacia el interior
que acabó con el desastre de
Annual (1921),
muriendo 13.000 soldados (entre ellos Silvestre) y perdiéndose el
territorio ocupado.
El
ministro de la Guerra nombró al general Picasso para que investigara
en Melilla los sucesos y en 1922 entregó al Congreso el Informe
Picasso que ponía de manifiesto
las implicaciones del Alto Mando y de la corona en el desastre. En
1923, y ante la amenaza de que se iban a pedir responsabilidades,
sectores del ejército y de la derecha propiciaron el golpe
de estado de Miguel Primo de Rivera (13 set. 1923).
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